lunes, 30 de mayo de 2011

Carta abierta a los militantes de base de los partidos políticos

Muchas cosas están sucediendo recientemente que nos hacen pensar a todos en términos políticos como nunca antes desde la transición. Un gran números de ciudadanos se han echado a la calle reclamando más democracia, justicia y dignidad. Y lo han hecho con las manos desnudas, con respeto de todas las ideologías y sobre todo sin violencia. Por contra, la respuesta que han encontrado por parte de los partidos políticos ha sido el caso omiso, cuando no el desprecio o incluso la violencia como en el lamentable intento de desalojo de la Plaza de Cataluña en Barcelona, o en la Bastilla (Paris).

Me dirijo a ti, al militante de base, desde la convicción de que la mayoría de los militantes lo hacen desde la vocación por el progreso de todos, el interés público, la fe en las ideas y la esperanza en un futuro mejor para todos. Llevamos muchos años exiliando las ideas del debate político, reduciendo el argumentario a los demeritos ajenos, y menos a los méritos propios, planteando la ideología como un integrismo impermeable y cainita,  haciendo de la mezquindaz una cualidad indispensable para el triunfo, condenando al ostracismo a tantas personas válidas sólo por el echo de tener voz propia y no doblegarse a intereses utilitaristas.

A tí, que crees que la política existe para mejorar el sistema, que quieres pensar que contribuiste en algo para dejar a tus hijos un mundo mejor, que no deseas poder sino esperanza, te pido que escuches a tus conciudadanos que estos días claman por reinventar la democracia.  No es difícil de entender: queremos una nueva ley electoral, queremos políticos transparentes, preparados y no corruptos, queremos separación efectiva de poderes, queremos controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.

Nada de esto es descabellado, ni irracional, ni supone cuestionar el sistema democrático, ni poner en riesgo la democracia. Todo lo contrario. Supone fortalecerla. Sólo una actitud irresponsable, como mirar para otro lado e ignorar el clamor popular supone una irresponsabilidad manifiesta.

Por favor. Escucha a tus conciudadanos, sus razones y actitudes, debatelo en tu organización y no nos ignoreis por más tiempo.

Gracias

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